Esta semana se cumplieron
31 años de estas fotos. En julio de 1989,
escapé de la guerra de Somalia en el único barco que quedaba en el puerto de Mogadiscio, el MV Gob Wein. Éramos 17 personas, contando el capitán de la India, un jefe de máquinas de Bangladesh, un primer oficial, 13 marineros somalíes y yo. Atamos mi motocicleta detrás del puente. Nuestro destino era el puerto de Berbera, en el extremo norte de Somalia. Llevaríamos arroz y aceite en latas a los soldados de Siad Barre, el entonces presidente Somalí. Al sur de la isla Socotra (soviética) con los binoculares divisamos lanchas rápidas en el horizonte; venían hacia nosotros a toda velocidad. ¿Piratas? Huimos mar adentro, por las dudas. Ya en el Mar Arábigo, por la noche,
un tifón nos tomó por sorpresa. Estuvimos a un tris de hundirnos. Al fin llegamos a Berbera. En seguida los guerrilleros —no los soldados del presidente Barre— subieron a bordo y comenzaron a desembarcar toda la carga. Estuvimos solos, en esa ciudad bombardeada, bajo un ardiente sol, durante 16 días, el tiempo que les llevó dejar las bodegas vacías. Cuando salió el último grano de arroz, logramos huir, ahora rumbo a los Emiratos Árabes Unidos. Navegábamos con una inclinación de 8 grados, producto de las secuelas del tifón. Con el correr de días
nos quedamos sin agua y comida. Finalmente el Gob Wein, mi querido Gob Wein, llegó a Dubai. Sus propietarios, Juba Enterprises de Mogadiscio, querían venderlo como chatarra, porque costaba demasiado dinero repararlo. Sin embargo, decidieron devolver el barco a Mogadiscio y usarlo para rescate de personas. Lo que sucedió después con el Gob Wein, lo encontré navegando en internet:

